Aunque el Corredor Gayolo de Candanchú nos dio más de una sorpresa, al final todo valió la pena. Y es que, ¿qué es un poco de nieve y unos zuecos en los crampones comparados con la emoción de hacer alpinismo de iniciación en el Valle del Aragón y el Rioseta?

Mi padre y yo siempre hemos sido amantes de la aventura y el deporte, así que ¿por qué no hacer de su cumpleaños 52 un día realmente especial? Después de todo, ¿quién necesita parabolts cuando puedes tener la recompensa de llegar a la cima y disfrutar de las impresionantes vistas?

Aproximación de risas

Tras dejar el coche en el aparcamiento de la entrada al valle de Canal Roya comenzamos la aproximación por la carretera en total oscuridad. Tras llegar la zona militar lo rodeamos por la margen derecha orográfica y aquí empezaron las risas. Nos hundíamos hasta la rodilla, abriendo huella por la nieve. Nos costaba progresar, pero de ganas íbamos sobrados. Teníamos ganas de montaña y eso se notaba, estábamos impacientes por ponernos el material y comenzar a escalar. Pero no hay que confiarse que parece que la aproximación es corta, pero según las condiciones se puede hacer larga. 

Comenzando las hostilidades

Ya había amanecido y estábamos en un ventisquero que hacía una roca justo al comienzo de la rampa. Mientras nos poníamos el arnés, los crampones y sacábamos los piolets llegaron una pareja de guardias civiles de montaña. Ellos venían enchufados con esquís de travesía. Sabia elección. 

En seguida de empezar a subir nos encontramos con la única dificultad de este corto corredor, que si no está cubierta de nieve nos puede hacer sudar un poco más de la cuenta. Es el clásico paso de roca que si está cubierto como fue este caso casi ni te enteras. 

Continuamos por las rampas, ya que no encontramos las reuniones de parabolts que me habían comentado. Asegure como pude a mi padre. No le costó mucho pasar el paso más complicado. Como lo vi que iba bien seguimos en ensamble ya que la pendiente decrece bastante. La rampa de nieve se dejaba y progresábamos rápido.

No mucho más arriba acaba el corredor en la zona alta del circo de Rioseta junto al telesilla de la Tuca de la estación de Candanchú.

Descenso, no lo regalan

La bajada es un poco más compleja que el corredor, ya que son palas de nieve al sol. Además, están colgadas sobre cortados, con lo que hay que andar con cuidado. Esto unido a los zuecos que se le hacían a mi padre en los crampones nos hizo bajar el ritmo para no liarla. Una vez pasada la zona más expuesta nos queda una media ladera por todo el valle para volver a la carretera.

Las vistas del descenso son especataculares dominando todo el circo de Rioseta con el pico del Aguila con otro precioso corredor justo enfrente.

Un día de monte muy especial

En resumen, el cumpleaños número 52 de mi padre fue un día inolvidable lleno de emociones y aventuras en el hermoso Valle del Aragón. ¡Y aunque pueda haber sido un poco difícil en algunos momentos, al final todo valió la pena por la sensación de logro y la oportunidad de pasar un día increíble juntos!

Video del triple encadene

Aquí os dejo el video donde comenzamos escalando el corredor Gayolo, despues continuamos por el corredor de los Navarros y finalizamos la actividad en la cima del Aspe por la arista de los Murcielagos

Material que llevo:

Ropa

Tercera capa

• Pantalones softshell
• Chaqueta «primaloft»
• Chaqueta softshell
• Chaqueta impermeable dos capas
• Guantes finos
• Guantes gordos

Segunda capa

• Pullover

Pimera capa

• Camiseta manga corta interior
• Calzoncillo lana de merino
• Calcetines simond alpinism

Material

• General
  • Mochila 33L
  • Gafas
• Alpinismo
  • Arnes
  • Casco
  • Cintas
  • Piolets
  • Crampones
  • Friends
  • Tornillos hielo cortos
• Esquí de travesía
  • Botas
  • Esquis
  • Fijaciones
  • Cuchillas
  • Bastones

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